jueves, 21 de junio de 2012

Grandes cazadores de superviviencia: la gran danza.


"No sabemos confeccionar ropa: en esto somos ignorantes. No sabemos fabricar cuchillos ni conocemos las máquinas. Lo que sí sabemos es lo que hacían nuestros padres: los rituales de los cerdos, como construir una casa y cómo cazar. Y no abandonaremos dichas prácticas." 
Yali, Papúa Occidental.


La naturaleza se ha observado con atención en el norte helado, en las selvas y bajo del sol de las estepas y, gracias a ello, los pueblos han aprendido a advertir cambios en ella y un conjunto de sofisticadas técnicas para la caza y el rastreo para la supervivencia en los distintos y hostiles hábitats.

Cazar con pájaros, delfines y águilas. Robar a los leones. Pescar caminando sobre cataratas o en las profundidades del mar. O rastrear a una presa durante 10 horas a lo largo de 25 km... Son cazadores de supervivencia. Mientras nosotros vamos al supermercado... 

"Aprendes lo que la tierra te cuenta" afirma el bosquímanos gana Roy sesana.

Por ejemplo, los wichí de Argentina pescan mediante la detección de diminutas ondas en la superficie de los ríos.

Las cataratas de Khone en Laos son unas enormes cascadas de 21 metros y un caudal medio de casi 11.0000 metros cúbicos de agua por segundo. En ella pescan los Khmer y los Bolaven: desafían a la muerte en actos de circo caminando a lo largo de unos cables colgados sobre la cascada atronadora. Sólo pescan un par de kilos en cada viaje, o perderían el equilibrio...

Los hadza de Tanzania y los Masais se mantienen atentos a la llamada del pájaro de la miel, que les conduce a los nidos de abejas que se encuentran en las ramas de los árboles. A veces, les avisan de peligros cercanos como animales salvajes.

Los pueblos "pigmeos" de las selvas tropicales de África central imitan a los antílopes para que salgan de la maleza y poder cazarlos. También son buenos imitadores de animales los Awá, en la Amazonía.

Los berkutchy de los Kazakhs cazan por medio de sus águilas. Este entrenador de águilas duerme junto al aguilucho durante noches y noches y lo alimenta de su mano a lo largo de un mes. La primera presa consolida su relación: el ave recibe toda la carne para que entienda que hombres y aves son compañeros y no competidores. 

En las playas de Mar Grosso de Brasil, se realiza algo que se conoce como "pesca cooperativa con delfines". El agua de este lugar es bastante turbia, y los pescadores no pueden ver los peces, pero los delfines llevan a los peces hacia los pescadores y giran dando círculos rápidos: entonces los pescadores saben que deben arrojar las redes. Los dos salen beneficiados: los pescadores obtienen pescados de mejor tamaño y peso y los delfines obtienen su ración diaria de más de 10 kilos de tainhas.  

En Kenia, los cazadores Dorobo demuestran un gran valor poniendo en riesgo su vida: robando delante de sus narices a los leones la presa que han cazado y que mantienen entre sus mandíbulas.
Sorprendentemente, cuando los cazadores (que llevan unas lanzas, pero no necesitan demostrarse amenazantes) se acercan a los leones hambrientos para robarles la presa, éstos se dan media vuelta.

Históricamente, los Inupiat de Alaska cazaban unas 60 ballenas francas al año en el Mar de Bering, y lo llevan haciendo desde hace 2500 años. Aunque los harpones con punta de piedra utilizados por sus ancestros han sido sustituídos por armas de fuego y explosivos, los Inupiat de hoy a menudo utilizan los botes de piel de foca conocidos como umiaks para perseguir a la ballena. Son los únicos que no tienen límites en caza de este animal, hoy en peligro de extinción.

El conocimiento del mar de los Moken también les permite hacer uso de herramientas rudimentarias como arpones de madera para pescar. Conocen los ciclos de nacimiento de todas las especies del mar y saben cuándo pescar cada cosa. Por supuesto jamás cogen tortugas, delfines, ni grandes mamíferos. Los gitanos del mar sólo pescan lo que van a comer. Algunos tampoco utilizan gafas y tanto sus ojos como su foco visual están perfectamente adaptados al agua salada y las profundidades. Los Bajau también son unos magníficos buceadores que pueden permanecer más de cinco minutos debajo del agua y sumergirse hasta 15 metros de profundidad, y caminar por ella

Los Huaorani tienen cazadores que pueden distinguir la orina de los animales a cuarenta pasos, y saber de qué especie se trata. Además, cazan unicamente los animales más débiles y que no sobrevivirían por mucho tiempo. Y entienden también que si cazan para más de tres días, que es el tiempo en el que lo cazado se mantiene comestible, la Madre Selva les castigaría. Su habilidad con la cerbatana es impresionante.

Dawid Kruiper, un líder tradicional de los bosquimanos khomanis de Sudáfrica, murió el 13 de junio a la edad de 76 años.
El 13 de junio, también murió un hombre capaz de perseguir a un antílope durante 10 horas o más en un recorrido aproximado de unos 25 kilómetros con unas temperaturas superiores a los 40 grados.
Pero sobre todo, murió un hombre capaz de hacer frente a la expropiación de sus tierras ancestrales en el Parque Nacional Kalahari Gemsbok, para dar paso a la extracción de diamantes. Y a una ardua sentencia contra Bostwana que les permitía regresar a sus tierras. Finalmente, decidieron quedarse en los asentamientos que rodean al parque. Sin acceso directo al agua y sin el atractivo que representaba sus tierras ancestrales, los bosquimanos han tenido que adaptarse para convertirse en cazadores de persistencia en una de las reservas más grandes de Sudáfrica.

"Buscamos y comprobamos señales continuamente y mostramos las sendas. Por ejemplo, aquí hace poco ha comido un par de puercoespines. (...) nos mostramos las huellas, e indicamos si son frescas, a qué velocidad se mueven los animales, el tamaño de la presa, si es hembra o macho, con que fuerza se desplaza y si es el animal que buscamos. La gruesa cola de un escorpión hembra nos muestra una antigua huella de un chacal. Sabemos que el escorpión se desplaza a medianoche y su rastro se encuentra por encima de la huella de la pata delantera del chacal. Aprendes la trayectoria de los pájaros que llegan con el viento y que nos susurran que lloverá. Sabemos todas estas cosas. Rastrear es como danzar; es la gran danza." Nqate, bosquímano de Botsuana.

El alimento se considera siempre un don de la Tierra que nunca se debe dar por sentado, por lo que la humildad es esencial "Lo olvidamos, y nos consideramos superiores", escribió el onondaga Oren Lyons. El delicado equilibrio entre el ser humano y la naturaleza se ha mantenido durante milenios por el respeto por sus límites, por la prudencia, la responsabilidad y la reciprocidad.
Los cazadores preguntan antes de arrebatar la vida a un animal y dejan ofrendas al animal asesinado en señal del agradecimiento.

"Cazar consiste en hablar con los animales y no en robar. Vas y preguntas, colocas una trampa o utilizas el arco y la lanza. Puede llevarte días. Sigues el rastro de un antílope; él sabe que estás allí, que tiene que entregarte su fuerza, pero corre y tú debes ir tras él y, mientras corres, te conviertes en él. Pueden pasar horas hasta acabar los dos agotados. Hablas con él y lo miras a los ojos, momento en que sabe que debe entregarte su fuerza para que tus hijos puedan vivir"
Roy Sesana, bosquímano gana, Botsuana.
 
Muy poca gente vive más íntimamente con los animales que los Awá en la Amazonía Oriental. No sólo les aporta alimento, sino que los adoran y son obsesivos poseedores de mascotas.
Para Emwi y el resto de Awá, dar de mamar a los monos es simplemente un modo natural de ayudar a un huérfano necesitado. Cuidar tan íntimamente a un animal al que matan regularmente puede parecer contradictorio. Pero los Awá creen que todo aquello que toman de la selva deben devolverlo.

Su selva se ha encogido un 30% en manos de los madereros, los ganaderos, los colonos.
Sú número también encogió, sólo entre 60 y 100 awás continúan viviendo en aislamiento, nómadas que huyen de la asimilación cultural. Otros 360 sobreviven como pueden. 
"Todos vamos a pasar hambre, los niños pasarán hambre, mi hija pasará hambre, y yo también pasaré hambre. No quedará nada en la selva. Los madereros llegan con sus camiones y se llevan los árboles" dice el awá Pirei Maa.

Otra modalidad de la caza es el capitalismo.

Antes persistía la separación entre el cazador y la presa. Con la sociedad de consumo, la barrera se difumina o se interioriza. Todos somos a la vez cazadores y cazados. O, mejor dicho, todos somos cazadores verosímiles y verdaderos cazados. Somos cazados mientras creemos que estamos cazando

Se amplía el repertorio de especies cazables: la especie humana será en adelante la presa privilegiada. Es la lucha de clases: motor de la Historia.”

Jesús Ibañez. Sociólogo. 


Evolución de la explotación del territorio Awá. 1985-2010.

Videos de grandes cazadores:

Fuentes:
"Somos uno:un homenaje a los pueblos indígenas" Joanna Eede.
Documental Human Planet. BBC.
Mi blog.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnífico blog. Enhorabuena. Puedo agradecerte que me decida hacer el acceso a mayores de 25 y así acceder para estudiar Antropología.
Un saludo y gracias por el blog.